Monday, September 11, 2006

Cinco años después


Cinco años después del ataque terrorista que marcó a toda una nación, vemos como los medios de comunicación, tan efectivos aquel 11 de septiembre, registraron totalmente la evolución de la noticia que paralizó al mundo entero, los múltiples ángulos de visión, daban perspectivas diferentes del epicentro de la noticia y todos esos registros han sido recogidos para hacer diferentes especiales televisivos, que presentan desde los testimonios de los sobrevivientes hasta estudios por parte de científicos e ingenieros, de lo ocurrido en el WTC.
La incredulidad de varios sectores ante estos hechos, la especulación por parte de los medios que involucra al gobierno nacional, la imagen política que representa las repercusiones militares, el déficit presupuestal de los Estados Unidos, los escándalos de agresión y tortura y la imagen campechana que pocos ven del presidente de la “nación más poderosa del mundo”, se convierte en el absurdo más grande de la historia. ¿Qué más tenemos que ver para darnos cuenta que esto no es una guerra, sino las bases de una política neoconservadora de la invasión y futura colonización a los países árabes ricos en petróleo, cuyas reservas tiene los días contados.? Ante lo expuesto en los medios, los informes y análisis de este montaje que denominan “guerra al terrorismo”, sólo tiene consecuencias nefastas, para países con una visión y cultura diferentes a la de occidente, y mientras los norteamericanos recuerdan el día de hoy a sus familiares y amigos que desaparecieron en los ataques, tropas militares continúan abusando de su poder contra la población civil de un país invadido con excusas e informaciones falsas, plagiadas y acomodadas a su gusto para demostrarle al mundo de lo que son capaces, y que hasta su momento, la misma ONU no pudo impedir.
Hoy podemos recordar, viendo una y otra vez, como aviones comerciales de acercan velozmente y chocan contra un símbolo capitalista que horas más tarde se desmoronaría como castillos de arena, y pasarán otros cinco años y la corrupción de los más poderosos seguirán manejando a su antojo el sentimiento de una nación golpeada sin escrúpulos, para poner de su lado a figuras políticas que deciden el oscuro futuro del planeta.